Desde los orígenes del Hombre hasta nuestros días podemos afirmar que éste, se ha venido desplazando por el Planeta, con el objetivo de encontrar un mejor lugar para desarrollar su vida. A estos movimientos le llamamos migraciones.
Debido a su búsqueda de un mejor lugar para vivir, la población no está distribuida uniformemente sobre la superficie terrestre, como resultado o producto de la interacción de distintos factores naturales, históricos, socioeconómicos y políticos.
Estos movimientos y el número diferencial de nacimientos y muertes explican que no todo el continente americano esta poblado por igual.
ECÚMENE Y ANECÚMENE
Si observas el planisferio de distribución de población puedes concluir que la población se concentra en ciertos lugares, dejando totalmente vacíos otros espacios. Llamamos ecúmene a las áreas de concentración de población y anecúmene a los lugares con vacíos humanos.
Cuando nos referimos a anecúmene no quiere decir que no haya ningún ser humano, sino que la densidad de población es inferior a 1 hab/Km2.
El tipo de distribución desigual, con la concentración de población en las zonas costeras, llamada periférica o cáscara, y vacíos demográficos en el interior, tiene múltiples causas, entre ellas se destacan:
1. Factores Históricos: vinculados a las culturas preexistentes a la llegada de los colonizadores, a los procesos de ocupación del territorio, a la presencia y a los tipos de explotación de los bienes de la naturaleza.
2. Factor Político: refiere a la estabilidad del ambiente político, el clima de paz, a la situación del respeto a los derechos humanos,
3. Factor socioeconómico: abarca las oportunidades de trabajo, condiciones de vida dignas, acceso a servicios (educación, salud, seguridad social) desarrollo tecnológico e industria y comercio.
4. Factores Físico-ambientales: (presencia de sistemas montañosos o macizos o también por el desarrollo del bioma selvático, según los tipos de suelos o presencia de agua), a las políticas de promoción de de movimientos migratorios, entre otros.
El hombre necesita determinados requisitos o recursos para poder sobrevivir. La búsqueda de éstos condicionó los asentamientos humanos en determinadas áreas, en particular hacia aquellos espacios que contienen recursos valiosos como:
- Climas no muy rigurosos (zonas templadas)
- Agua ducle
- Suelos fértiles
- Un relieve bajo o aplanado (llanura, valle o meseta)
- Proximidad a las grandes masas de agua (océanos y mares) o al menos a un río
Nuestro planeta ofrece pocas áreas en donde se conjuguen todos estos factores, estos lugares están hoy densamente poblados, aunque recuerda que estos factores no son los únicos que explican la distribución de la población.
En América sin embargo, en las regiones elevadas como el centro de México (ciudad de México) o en la región central de Colombia (Cali, Medellín y Bogotá), en Bolivia (La Paz o Sucre) o en Ecuador (Quito), a pesar de la altura, se destacan densidades altas y medias de población e importantes centros urbanos. Por otra parte, tanto en la zona norte (Alaska y Canadá) o en el sur (región patagónica) las muy bajas densidades se explican por las condiciones climáticas extremas (bajas temperaturas la mayor parte del año, suelos casi permanentemente congelados, vientos intensos). En el caso de los desiertos del oeste americano, de la selva amazónica o del Pantanal, se presentan ciertas limitaciones para el establecimiento humano.
El clima influye directamente en los seres humanos. Las bajas temperaturas y la aridez (déficit de agua) ofrecen condiciones muy difíciles para el asentamiento de una población, al igual que el exceso de precipitaciones y las temperaturas muy altas. Por esta misma razón, las regiones polares (frías) y áridas (desiertos), así como ñas selvas ecuatoriales (cálidas), son áreas poco pobladas.
El mayor problema para que el ser humano se asiente permanentemente en las zonas áridas es las escasez de agua y los suelos sin materia orgánica (humus); así el desarrollo de la agricultura y la cría de ganado se ven notoriamente perjudicados haciendo casi imposible su práctica. Se observa poca concentración de población en los oasis, próximos a cursos y pozos de agua, o asociados a la explotación de recursos minerales o petrolíferos. Las zonas más representativas son los desiertos del oeste de Estados Unidos o el centro-oeste del Atacama.
El relieve condiciona el asentamiento de la población en el espacio, ya que ha lo largo de la historia éste fue una barrera para la movilidad de la población, hoy en día dejamos de lado ese determinismo gracias a que existen diversos elementos, como el transporte aéreo, terrestre y marítimo que permiten sortear con más facilidad dicha barrera haciendo posible que la población se movilice de un área a otra con menor dificultad.
La densidad poblacional varía significativamente de una zona a otra. En el Caribe se concentran 150 habitantes por kilómetro cuadrado, mientras que en el Amazonia la densidad apenas llega a 3 habitantes por kilómetro cuadrado.
Si se considera a América en forma global, 80% de la población se concentra en ciudades, pero la distribución varía en cada país. En algunos países la población residente en áreas rurales es aún importante, como en Guatemala, Honduras y Haití, donde se ubica entre el 50 y el 60% .
Los altos niveles de población urbana en el continente se relacionan con el crecimiento del sector terciario o de servicios, en especial los vínculos con las actividades administrativas, comerciales, financieras y de transporte.
También la actividad industrial ha jugado un papel importante en el mayor crecimiento de las ciudades con respecto al campo, aunque el proceso de industrialización ha alcanzado distintos grados en los países del continente.
En Estados Unidos y Canadá se observan altos índices de desarrollo y concentración industrial, y menores en América Latina, con excepción de las áreas industriales de San Pablo, Buenos Aires y Ciudad de México.
Información extraída: Geografía 2 "Las Américas" - Geografías "Atlas del mundo, América y Uruguay"
Editorial: Santillana - Contexto
Autores: J. Nielli - M. Achkar, A. Domínguez, F. Pesce
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